Etápas vitales y cambios
- Valentina Paz
- Jul 11
- 5 min read

La vida humana es tan compleja y cargada de detalles únicos que se hace quizás simplista reducir la experiencia vital a momentos o etápas, asumiendo que la mayoria de las personas atravesarán ciertos periódos similares durante el desarrollo. Algunos Autores de la psicología han intentado comprender el proceso de individuación y la vida humana en etápas que marcan nuestros ciclos de aprendizaje no sólo en lo biológico, sino también en lo emocional, existencial y vincular.
Cada nueva fase nos invita a resignificar quiénes somos, construyendo nuevas indentidades a través de los ciclos vitales según lo que se va necesitando de nosotros y según nuestra capacidad de adaptación. Desde mi punto de vista de psicóloga con enfoque cognitivo-conductual, y además como mujer transitando mi propia etapa de cambio tras vivir cinco años en Australia y actualmente adaptándome a una nueva vida en Bali (noticia en desarrollo), escribo este texto esperando aportar un poco con una perspectiva entre lo personal y lo clínico.
Una mirada desde la psicología del desarrollo
El psicoanalista Erik Erikson propuso un modelo de desarrollo psicosocial que abarca desde la infancia hasta la vejez. En su teoría, cada etápa que enfrentamos conlleva una tensión clave entre dos polos, por ejemplo: autonomía vs. intimidad. Desde su perspectiva el ser humano está en constante desarrollo y expansión, aprendiendo y desaprendiendo, convirtiéndose y recostruyéndose en cada paso.
“El desarrollo no termina al alcanzar la adultez, sino que continúa durante toda la vida” — Erik Erikson
El psicólogo Daniel Levinson, por otro lado, habló de las “transiciones estructurales” cada 7-10 años, en las que revisamos el equilibrio entre nuestras aspiraciones internas y las demandas externas del entorno.
Carl Jung, desde una visión más simbólica, señalaba que la segunda mitad de la vida exige “un descentramiento del ego” y una búsqueda más profunda de significado y autenticidad.
Y Erich Fromm, con su enfoque humanista, nos recuerda que cada etápa es una oportunidad para elegir entre el “tener” y el “ser”; entre la repetición automática o el crecimiento consciente.
Infancia y adolescencia: construyendo el sentido del yo
Los niños y adolescentes suelen desarrollar creencias sobre sí mismos que pueden ser potenciadoras o limitantes . Es durante esta etápa que se conforma la identidad y personalidad de cada individuo. En mi experiencia como psicóloga, muchas veces me toca ver cómo frases como “soy un problema” o “tengo que ser perfecto” surgen de entornos exigentes o poco seguros, dándo luces del impacto que puede tener en la identidad de una persona el estilo de crianza y el estilo de los vinculos afectivos en las edades temprana.
Desde la Terapia Cognitivo Conductual, trabajamos con reestructuración cognitiva y sobretodo validación emocional, acompañando el desarrollo de una autoestima saludable, incluso en la edad adulta. Algo que he podido aprender en mis años de atención clínica, es que el cambio sí es es real y que la toma de conciencia sobre los patrones de pensamientos es la clave para la reorganzación de nuestras estructuras mentales.
Adultez joven: Elegir y redefinir
Esta etapa suele estar cargada de elecciones trascendentales que definen rumbos: carrera, pareja, lugar donde vivir, estilo de vida, por lo que tiende a ser una etapa de mucha presión social. Por lo que he experimentado en mi propia vida y también en terapia creo que existe un cambio en cuanto a lo generacional, ya que las desiciones hoy en día no tienen el mismo peso que antes al existir más movilidad, libertad y conectividad global. Aunque sigue existiendo un alto nivel de presion social , tambien existe un aplio rango de posibiliades y una mayor aceptacion de los cambios. Por ejemplo antes una eleccion de carrera si era trascendental ya que seria algo para toda la vida, hoy vemos que las personas cambian de rubro con más fácilidad que antes ya que existe educación en distintas plataformas al alcance de todos.
Para mi en particular, en este momento de mi vida, al haber dejado atrás lo conocido en Australia y estar reconstruyendo mi vida en otros lugar, que aun no esta definido, me atraviesa profundamente la tensión que Erikson llamaba “intimidad vs. aislamiento” y “identidad vs. confusión de roles”. En terapia, suelo decir que no siempre hay que tenerlo todo claro, pero sí podemos aprender a sostenernos con presencia en la incertidumbre y eso es algo que definitavemente se puede trabajar y que está muy relacionado con la relación que uno mantiene con uno mismo en cuanto a la confianza en las propias habilidades de adaptación, en las herramientas emocioanles que uno ha desarrollado y el apoyo del entorno.
Mediana edad: revisar, reajustar
Levinson llamaba a esta etapa “la transición de la mitad de la vida”, y Jung la describía como el momento en que nos preguntámos qué sentido tiene lo que hemos construido.
Una paciente me decía: “Dediqué mi vida a los demás y ahora que tengo tiempo, no sé qué me gusta”. Desde la Terapia cognitivo conductual, trabajamos laactivación conductual, reconexión con el placer y sobretodo la revisión de creencias limitantes y arraigadas como pro ejemplo: “es tarde para empezar de nuevo”.
Vejez: integrar, soltar, resignificar
En esta etapa enfrentamos la pérdida de roles, la muerte de seres queridos y la salud cambiante. Erikson habló aquí de “integridad del yo vs. desesperanza”.
La Terapia puede ayudar a resignificar el legado, a reconectar con rutinas que den estructura y sentido, y también a cultivar aceptación siempre desde una mira conpasiva. Para mi lo más importante a trabajar durante terapia es en realidad la relacion que uno mantiene con uno mismo.
Sanar es el fin del conflicto con un@ mism@
¿Cómo interviene la Terapia cognitivo conductual en estos momentos vitales?
Identificando y modificando pensamientos automáticos disfuncionales.
Activando comportamientos conectados con valores personales.
Enfrentando miedos con exposición gradual y autocuidado.
Fomentando la flexibilidad cognitiva frente al cambio.
Hoy me encuentro entre etapas. Dejé un país donde construí mucho, y ahora estoy en un proceso de redefinición. Bali me invita al silencio, a la escucha interna, a dejar que lo nuevo emerja. Esta transición me ha confrontado con creencias propias, miedos e ilusiones.
Como psicóloga, sostengo a otros en sus procesos. Pero como humana, también me sostengo en lo que enseño: volver al presente, cuestionar pensamientos rígidos, permitirme sentir y no tener todas las respuestas.
Si estás en una transición vital…
No estás sol@. Las etápas de la vida no vienen con instrucciones. Pero pueden ser momentos fértiles para transformar lo que ya no sirve y abrirte a nuevas formas de ser.
Te acompaño si sentís que es tiempo de buscar ayuda profesional. Desde un enfoque claro, pero profundamente humano.
Con cariño
Valentina Paz
Psicóloga Clínica ·
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